sábado, 30 de junio de 2007

Lullavy al atardecer


¿Cuánta paz se respira cuando se esta muerto?
¿Cuánta se espera el final de la vida?
Una mano toca tu hombro y otra persona voltea.
Pocos han sido llamados a celebrar la redención,
indigno tu nombre hombre ignorante, hijo de
la bestia y de la maleza, ¿que venganza a
cometido en ti la naturaleza?, que ni la
yerba, ni la flor que perfuma el día vive, si
rosa en ti. OH fortuna lisonjera, martirio de
mi corazón triste, clavaste los ojos en mi
como un niño, como un niño alegre encandilado,
riendo hasta la muerte cuando ve a su madre
entonar un lullavy al atardecer.

1 comentario:

Gonzalo Del Rosario dijo...

El mundo ya no respira paz y por eso recordamos, muchas veces, el amor de madre con tanta nostalgia . . . yo suelo hacerlo.